La complejidad del buen servicio: ¿Por qué debes cambiar?

La complejidad del buen servicio: ¿Por qué debes cambiar?

Como lo hemos mencionado a lo largo de nuestros textos, el común denominador del comercio digital y convencional, es la gran demanda que cada empresa o marca tiene o se enfrenta a cada segundo en sus principales canales.

Dicha competitividad hace que los propietarios o fundadores día a día se afanen en la creación de nuevas estrategias o el replanteamiento de algunas ya existentes para correr óptimamente la carrera comercial; sin embargo, en un escalafón de prioridades, el servicio al cliente es citado sutilmente pero no enfocado a desarrollarse con profundidad y permanencia, recuerda éstas dos últimas palabras. 

Ahora se puede decir a raíz de la experiencia obtenida, que el costo de conseguir un nuevo cliente es cuatro veces elevado el costo de retener a uno ya fidelizado. Es por tal motivo, que la profundidad y permanencia en la calidad del servicio desde la fortuna de entablar una primera relación con nuestro cliente potencial debe ser base y prioridad, tan, así como lo es la definición del nombre de la marca, el logo, los colores y demás, ya que éste es un ítem inherente a nuestra empresa.

Y para darle respuesta a nuestra pregunta principal ¿Por qué debo cambiar? Primeramente, debemos hacer una retrospectiva de cómo servimos a nuestros clientes y consumidores. Cuando sabemos con exactitud lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo de manera objetiva y franca, sabremos el por qué del cambio urgente.

Nada mejor que el evaluador de tu servicio al cliente seas tú mismo. ¿eso es posible? Paradójicamente lo es, ya que solo tú, sabes la necesidad que vas a suplir y por la cual formaste el producto o el servicio y en tu estudio previo al montaje, debiste identificar las necesidades duras y las necesidades blandas de tu consumidor final.

El cómo se hace, se debe resolver e identificar para entender por fin la complejidad del servicio al cliente, porque allí entenderás la ejecución que requiere lo que el cliente necesita y se complementara con la satisfacción emocional de poder obtenerlo. Difícil de entender, pero vital para permanecer.

De modo que, si piensas que hablarle bonito o cordial al cliente es tener un buen servicio, fallamos en la explicación del mismo; recuerda el reto está en leer a tu cliente o consumidor en todas las áreas posibles y esa elección debe tener vida propia. ¿Quién o qué será?  Averígualo en mi próximo texto.